El Mariachi Santa Rosa, toda una tradición musical
El Mariachi Santa Rosa surge por la inquietud de tres jóvenes oriundos de Santa Rosa Jáuregui amantes de la música y después de 61 años sigue viva la tradición.
Como ya hemos visto, las labores agrícolas y la actividad comercial fueron el sustento económico de Santa Rosa Jáuregui durante la primera mitad del siglo XX. Al mediar la centuria, el pueblo también se distinguió por su tradición musical pues contaba con una Orquesta y una Banda, las llamadas “de viento”.
En 1957 surgió la inquietud por parte de tres jóvenes oriundos del pueblo y amantes de la música de formar un grupo de Mariachi, que vino a enriquecer la oferta musical existente en esa época. Ellos fueron J. Carmen Vargas (Q.E.P.D), J. Concepción Jiménez Pacheco (Q.E.P.D.) -a quien sus familiares y amigos llamaban “Concho”- y Constantino Suárez Gallardo, mejor conocido como “Chundino”.
Su nombre original fue el de Mariachi Jáuregui, pero poco tiempo después lo cambiaron por el de Santa Rosa, que prevalece hasta la actualidad y que lo ha hecho famoso en su tierra y la región. Fue por una cuestión de identificación y de orgullo, pues cuando les preguntaban de dónde venían, respondían: de Santa Rosa. Recordemos que el nombre original del pueblo es éste.
Cuatro años después, una vez que gracias a intensos ensayos ya contaban con un repertorio más amplio y se habían presentado en las principales fiestas del pueblo y algunos lugares cercanos como San José Iturbide, así como en los eventos sociales de las principales familias de Santa Rosa, decidieron emigrar a la ciudad de Querétaro para darse a conocer y empezar a formar parte de la tradición musical queretana.
Constantino, el único sobreviviente de los fundadores, asegura que fue un 9 de agosto de 1957 cuando por primera vez se escucharon las notas del mariachi. Recuerda que en esos años se celebraba el “Día del Párroco” y en esa fecha hubo velada en el atrio del templo parroquial, por lo que decidieron tocar esa noche. Ese día temblaban de emoción o de miedo por el hecho de presentarse por primera ocasión en público y no haber ensayado más que tres canciones. El cura les dijo que de la tembladera hasta los pantalones les bailaban solos; “cómo no íbamos a temblar si el lugar estaba lleno”, comenta complacido.
Únicamente tocaron seis compañeros: Jacinto Padilla, Leopoldo Medina, Luis Jiménez, J. Concepción Jiménez, Carmen Vargas y Constantino Suárez. Para esa que fue su primera presentación sólo habían ensayado tres canciones: “Las Mañanitas”, “Ella” y “El Queretano”. “No teníamos más repertorio”, comenta sonriente “Chundino” en una entrevista que concedió en 1997 a Daniel Martínez, director del extinto periódico Tiempo de Santa Rosa Jáuregui.
Dice que primero J. Concepción Jiménez y J. Carmen Vargas querían hacer un Trío y después “algo más grandecito”: el mariachi, que es el único que ha tenido Santa Rosa en toda su historia, el cual ha permanecido en el gusto del público de su tierra natal, de Querétaro y de la región, a lo largo de 61 años, pese a las altas y bajas que ha tenido a lo largo de su trayectoria.
Al lado de grandes artistas
Constantino Suárez aprendió a tocar música en su tierra natal, donde Pablo Soto, quien tocaba en la Banda del pueblo, enseñó solfeo a varios jóvenes; en principio fueron muchos alumnos, pero se fueron yendo hasta quedar pocos alumnos. Su intención era aprender un poco de solfeo, vital para toda aquella persona que se dedica a la música, para así poder entrar a la banda; pero luego surgió la inquietud de formar un mariachi y ahí sigue luego de 61 años.
Pese a la aceptación que tuvo el Mariachi Santa Rosa en sus primeros años, había poco trabajo y optó por irse a la ciudad de México, donde permaneció más de diez años. Como era lógico, llegó a la famosa Plaza Garibaldi, aunque luego surgió la oportunidad de trabajar en otros sitios. En ese tiempo tuvo la oportunidad de tocar con Juan Gabriel, ya que el mariachi donde estaba: América, fue seleccionado para presentarse con el llamado “Divo de Juárez” en la ciudad de Iguala, Guerrero.
También el trompetista originario de Santa Rosa Jáuregui tuvo oportunidad de acompañar en diferentes sitios José Alfredo Jiménez, Amalia Mendoza “La Tariácuri”, Amalia Macías y Eulalio González, el famoso “Piporro”, entre otros; ocasionalmente, con el Mariachi América tocaba en un conocido restaurante de la colonia Tlalpan.
Su ya larga trayectoria lo llevó a varias ciudades del país y a algunos lugares de los Estados Unidos como Texas, donde acompañó a José Alfredo Jiménez. Su regreso a Querétaro fue por solidaridad con sus compañeros del Mariachi Santa Rosa, a quien le hacía falta una buena trompeta.
Y aquí sigue, a sus 80 años de edad, formando parte del mariachi decano de Querétaro. Parte de su éxito estriba en que siguen estudiando, los jueves y viernes; luego salen a trabajar de miércoles a sábado a la Plaza Santa Cecilia, donde esperan a que lleguen los clientes. O bien, son requeridos a través del teléfono de casa o el celular para presentarse en algún evento social o fiesta familiar. Durante los últimos años, su hijo Juan Francisco ha sido un apoyo fundamental en la coordinación del trabajo, que se incrementa en fechas tan memorables como el “Día de las Madres”, las Fiestas Patrias o las Fiestas de Navidad y Año Nuevo.